Reference

3 Juan 1:2
Prosperidad Que Nace Del Alma

Texto: 3 Juan 1:2

“Amado, ruego que seas prosperado en todo, así como prospera tu alma, y que tengas buena salud.”

Introducción:

Hoy vivimos en una época donde la palabra prosperidad se ha usado mucho… y muchas veces mal. Cuando la gente escucha “prosperidad”, piensa en dinero, carros, casas, o éxito material.

Pero si el dinero fuera prosperidad… entonces los millonarios no se divorciarían, no caerían en depresión, no sufrirían ansiedad ni se suicidarían. Si el dinero fuera prosperidad… entonces no veríamos gente con riquezas por fuera, pero vacía por dentro.

Porque no hay peor pobreza que un alma sin paz. Y no hay mejor riqueza que una vida llena de Cristo.

En 3 Juan 1:2, Juan no dice: “Ruego que ganes más, que acumules más, que tengas más cosas…”

Él dice: “Ruego que seas prosperado, así como prospera tu alma.”

Es como si el Espíritu Santo nos dijera hoy:

Yo quiero bendecirte.

Pero no quiero que seas rico en cosas y pobre en corazón. No quiero que prosperes afuera mientras mueres por dentro. Quiero darte la prosperidad que comienza en el alma… la que el dinero no puede comprar.

Y déjeme decir algo a nuestra comunidad:

Nosotros sabemos lo que es trabajar duro. Muchos aquí cruzaron fronteras, dejaron familia, empezaron desde cero. Sabemos lo que es batallar, sacrificarnos, luchar para sobrevivir. Pero en Cristo, Dios no quiere que solo sobrevivas… quiere que florezcas.

Hoy vamos a descubrir qué significa prosperar de verdad. No una prosperidad superficial… sino una prosperidad que toca el alma, el hogar, la salud, las emociones y nuestra relación con Dios.

Hoy vamos a hablar de la prosperidad que nace dentro y transforma todo lo demás.

  1. La prosperidad bíblica nace en el alma.
  1. El apóstol Juan desea que su alma prospere antes que todo lo demás.
  2. La prosperidad del mundo dice: “tener más”. La prosperidad del Reino dice: "ser más" — más lleno de Cristo, más transformado, más semejante a Él.
  3. Qué incluye esa prosperidad del alma:
  4. Paz (Shalom): Estar en armonía con Dios, conmigo mismo, con los demás y con la creación. Un corazón reconciliado es más rico que cualquier cuenta bancaria.
  1. Propósito y esperanza: Cuando se pierde el propósito, se pierde la fuerza para vivir. Dios quiere levantar tu visión, tu ánimo y tu misión.
  2. Fe que crece en las pruebas: La prosperidad no es la ausencia de problemas, enfermedades o retos. Es gracia activa: poder para vivir agradecido aun en medio de la lucha.
  1. Dios no nos libra de las pruebas… Nos prospera y fortalece en medio de ellas.
  1. Cuando el alma prospera, otras áreas florecen.
  1. Cuando caminamos en verdad, perdón, humildad y obediencia a Cristo:
  2. La familia es fortalecida
  1. Las decisiones son más sabias
  2. Las emociones se ordenan
  3. Las finanzas se alinean a Dios
  4. La salud se beneficia La bendición de Dios fluye de adentro hacia afuera.
  1. Dios también quiere tu salud física.
  1. Juan ora por el cuerpo. La fe cristiana no es espiritualidad desconectada de lo físico.
  2. Dios cuida tu mente, tu cuerpo, tu descanso y tu bienestar.
  1. Somos templo del Espíritu Santo — no descuidamos lo que Dios santificó.
  1. Un mensaje para nuestra comunidad.
  1. Somos una comunidad trabajadora, inmigrante, esforzada. A veces nuestra lucha diaria parece solo sobrevivencia, pero este pasaje nos recuerda:
  2. Dios no solo quiere que sobrevivas. Dios quiere que vivas con dignidad, propósito, gozo y paz.
  1. Él quiere prosperarte desde adentro hacia afuera.

Aplicación:

¿Cómo prosperar el alma?

  1. Prioriza la presencia de Dios

Oración y Palabra todos los días. Nuestra alma se fortalece cuando nos encontramos con Dios. Así como el cuerpo necesita alimento diario, el espíritu necesita comunión diaria con el Señor. Cuando buscamos a Dios primero, todo lo demás encuentra su lugar correcto. “Busquen primeramente el reino de Dios…” (Mt. 6:33)

  1. Cuida tu cuerpo

Descanso, alimentación, equilibrio. Un alma sana habita en un cuerpo cuidado. No es espiritual descuidar la salud; es responsabilidad y mayordomía del templo del Espíritu Santo. Dormir bien, comer sano y descansar honra a Dios. Un cuerpo agotado no puede sostener un espíritu enfocado.

  1. Pide prosperidad integral

Relaciones, emociones, trabajo, fe. Dios quiere prosperarte en todas las áreas, no solo en una. Ora para que Dios bendiga tu familia, tus emociones, tu trabajo y tu caminar espiritual. La prosperidad del Reino abarca todo lo que somos y hacemos. Dios no quiere que seas fuerte solo en lo espiritual, pero roto en tus emociones, tu matrimonio o tu salud.

  1. Crece en carácter

Más amor, más humildad, más Cristo en ti. La verdadera prosperidad se refleja en el carácter. El Espíritu Santo forma en nosotros a Cristo: paciencia, gracia, dominio propio, amor y humildad. Tu mayor riqueza es parecerte cada día más a Jesús.

Prosperar no es tener más, es ser más como Cristo.


Oración

Señor, prospera mi alma. Lléname de tu paz, tu propósito y tu verdad. Sana mi corazón, fortalece mi fe y cuida mi cuerpo. Que mi vida refleje tu gracia y tu reino. En el nombre de Jesús. Amén.